Perdon por la ausencia, te hizo falta leer las aventuras del Nomada?

sábado, 12 de abril de 2008

En busca de ayuda y amigos.


Son las 10 de la noche, pero aun se mira trafico en las calles de San Salvador, El Nomada camina intranquilamente hacia el mercado la tiendona. Casi va llegando a la entrada, cuando escucho la sirena de una patrulla policial, el corazon salto como un resorte dentro de su pecho, e instintivamente empezo a correr, el sonido de la sirena, era mas fuerte (estaba a su lado) el nomada se detuvo y la patrulla siguio su camino ignorando completamente al cipote, que sudaba helado en la acera proxima a la tiendona.

Uffff!!! exclamo El Nomada, y entro al centro de abastos; bajo las gradas, llego a los pasillos en donde cada edificio tiene un comedor (donde venden comida preparada las 24 horas), se acerco, vio los comensales en las mesas (solo eran 3 clientes) y ninguno era conocido, para colmo todos tenian cara poco amigable. Asi que siguio caminando hasta el otro comedor. Una seniora tiraba agua en el acceso vehicular con una manguera, y el nomada se le acerco para padir un trago de agua de la manguera, la mujer le dio la manguera y El Nomada tomo agua hasta la saciedad de su sed, agradecio y siguio caminando.

Busco, en donde se estacionaban los camiones chapines, pero tampoco encontro a ningun conocido en el lugar.....

El hambre era desesperante, tenia ardor en el estomago, paso por un puesto de platanos (punto de ventas) y al pason tomo uno y siguio el camino, busco donde sentarse y comio aquel platano medio maduro, que estaba todavia algo tetelque (sabor entre amargo y dulce).


Despues de comer, penso buscar un lugar en donde dormir y pasar la noche. Recordo que cuando venian a comprar con la abuela, ellos podian dormir en los pasillos cerca del camion que se estaba cargando con verduras, y nadie decia nada.

busco unos cartones de cajas donde vienen las uvas y las manzanas e hizo una cama donde dormir en el suelo de los pasillos de la tiendona; y se acosto a dormir. Cerraba los ojos y miraba la mano de don Memo, caer a sus pies todavia empuniando aquel revolver.

El cansancio era grande, pero era espantoso cerrar los ojos. Decidio sentarse y ver como los perros dormian apaciblemente bajo las carrocerias de los camiones. Como si fuera un borracho, se fue de lado hasta quedar profundamente dormido a causa del cansancio mismo.

Por la maniana del siguiente dia, el ruido de los camiones arrancando sus motores y las cortinas metalicas que se habrian, hicieron que El Nomada, regresara de las tierras de Morfeo (despertara) Levanto la cabeza, luego se sento, y vio que apenas y enpezaba a salir el sol, pero ya habia actividad comercial en el mercado, que de hecho ahi hay actividad comercial 24 horas al dia.

Penso que podia ganar unas monedas acarreando bultos, y empezo a ofrecer sus servicios, pero casi todos tenian sus propios acarreadores, y nadie le daba oportunidad de trabajar. Vio a una mujer, que estaba habriendo su puesto de ventas y se acerco para ayudarle, la mujer acepto la ayuda y quedo complacida con el trabajo realizado por El Nomada. Al final dijo al Nomada "que queres, pisto o un par de manzanas???? El Nomada dijo, "lo que sea su voluntad" por lo que El Nomada recibio dos manzanas capulinas. Comio una en el momento y guardo la otra para mas tarde.

Asi, estuvo el cipote todo el dia, haciendo pequenios favores que eran pagados con frutas o monedas, pero al final del dia estaba, bien comido (a puras frutas) y con tres colones en monedas.

Paso el dia, y no vio a ningun conocido, al buscar el mismo lugar en donde paso la noche anterior, se dio cuenta que un hombre con aspecto de indigente estaba sentado en el lugar, El Nomada paso cerca y saludo: "Buenas Noches" saludo que no recibio respuesta solo una mirada un poco extrania. El Nomada siguio su camino y encontro otro lugar para pasar la noche, mucho mas comoda que el pasillo.

Asi El Nomada, paso toda una semana en aquel mercado, pero su aspecto era como el de aquel indigente sus ropas estaban sucias, el cabello estaba duro y grueso de suciedad, la piel ya mostraba una fea costra de suciedad, y la gente tenia desconfianza de El Nomada cuando este se acercaba a ellos para ofrecer sus servicios.

Busco en sus bolsillos y contaba con 10 billetes de colon y 5 colones en monedas. Entonces penso que necesitaba un lugar donde tomar una ducha y lavar sus ropas. Para entonces, ya habia hecho algunos amigos, y les pregunto donde podia lavar su ropa y tomar un banio. Y le recomendaron buscar un cuarto en los hotelitos cerca de los protibulos de la Avenida Independencia.

Fue, pregunto, y nadie le quiso alquilar un cuarto por ser apenas un cipote de 10 anios. cuando regresaba a la tiendona, una mujer vestida solo en ropa interior, llamo al Nomada y le ofrecio sus servicios sexuales por 5 colones, El Nomada le dijo que le daria los 5 colones pero a cambio de un espacio donde poder limpiarse (ducharse) y permiso para lavar sus ropas (ya El Nomada tenia un jabon soberano para ello).

La mujer accedio y le dijo pagame primero y despues entras a baniarte "y no te tardes mucho."

Asi, El Nomada logro limparse, aunque la ropa se tenia que poner mojada pues no tenia otra para cambiarse.


domingo, 6 de abril de 2008

Dejando el pueblo natal definitivamente.


Ya El Nomada tiene 10 años en su vivir. En su corta edad, vio todo tipo de cosas y tuvo algunas experiencias, mas le faltaba mucho mundo por recorrer.


Era una tarde alegre, soleada, de muchos juegos, gritos y alegrias, El Nomada y sus amigos corrian por los campos, disfrutaban de la felicidad de ser niños. Al final los juegos terminaron y todos los ninos regresaron a sus respectivos hogares; El Nomada caminaba rumbo a su hogar, cuando por la calle se observo una caravana de vehiculos, con musica y gente que caminaba a pie siguiendo la caravana, los ojos se abrieron como dos grandes ventanas y El Nomada penso "El Circo!!!! el circo llego al pueblo!!!!" pronto la caravana le dio alcance y efectivamente era el circo pero no llegaba al pueblo, si no que iban de paso nada mas.

Una mujer, de gran tamanio, largas y rubias cabelleras, sus ojos verdes como las hojas de limon, y sus labios rojos como la sangre misma, fijaron su verde mirada en El Nomada, a quien le dijo: "papito, cuanto falta para llegar al pueblo?" El Nomada, con la lengua medio trabada, y con mariposas en el estomago dijo "este..... a cual pueblo van? ehhh no se van a quedar aqui?" No le dijo la mujer, vamos para San Vicente, y despues seguimos para Zacatecoluca" El Nomada se sintio triste, y le dijo, pues al paso que llevan seran unos 20 o 25 minutos de camino hasta San Vicente.

La mujer agacho su cabeza casi hasta la altura de El Nomada, dijo gracias papito y le dio un beso en la mejilla, beso que dejo pintado en la mejilla de El Nomada, pero quedo mucho mas pintado en el corazon de aquel chiquillo que soñaba con ser domador de leones en un circo.

La caravana siguio su rumbo, y El Nomada llego a casa con el corazon latiendo mas veloz que una locomotora de vapor.

El emocionado niño se sento en una silla de madera, cuando de pronto escucho gritos y sonidos de machetes que sonaban en la calle. No le puso mucha atencion pues el estaba en la seguridad de la casa de sus abuelos........... pero el pleito se acerco mas y mas, hasta que llego al corredor de la casa, a orilla de la calle; salio a ver y sorpresa era don Memo que discutia con otros hombres armados con machetes y con furia en sus ojos.

El Nomada, abrio la puerta de la casa y le dijo "Entre don Memo, antes que lo vayan a fregar" En eso don Memo, que en la mano derecha tenia su machete, con la izquierda saco un revolver negro con el que apunto y disparo a uno de los hombres que inmediatamente cayo al suelo herido de bala, entonces otro de los agresores, machete en mano dejo ir tremendo filaso, que don Memo no tuvo oportunidad de apuntar y disparar otra vez, si no solo vio caer (a los pies de El Nomada) el revolver todavia con la mano de don Memo empuñandolo.

Don Memo, al ver que le habian cortado la mano, se enfurecio y se fue encima de los hombres lanzandoles machetazos pero fueron todos a el aire; y recibio muchos mas machetazos en diferentes partes del cuerpo que fue totalmente desfigurado a causa de las heridas.

El Nomada, al ver a su buen amigo sufriendo las mortales heridas, levanto el revolver del suelo, le quito la mano de don Memo y les disparo a los agresores de don Memo. fueron cuatro disparos, cuatro terribles fogonazos que salieron de las manos de El Nomada, sus ojos estaban cerrados al final del ultimo fogonazo, los oidos quedaron zumbando con un fuerte piiiiiiiiiii. las piernas temblaban como si fueran gelatinas...........bajo los brazos, abrio los ojos y en el suelo cuatro hombres yacían sin vida, y muchos ojos de los mirones que observaban el pleito estaban pegados en El Nomada, quien empuñando el humeante revolver, estaba de pie frente a los cuatro cuerpos.

De repente, unos decian "agarren al bicho asesino!!!!" otros le gritaban "andate cipote que te van a a llevar preso" todos gritaban, otras mujeres (familiares de los muertos) lloraban sus perdidas irreparables, El Nomada, no sabia que hacer y entro a su casa cerrando la puerta tras de si..... Volvio a sentarse en su silla de madera, el cuerpo pesaba como si tuviera 10 veces mas su peso y las piernas temblaban sin parar junto a sus manos.

Afuera los gritos de la gente, era mayor, acusaban al cipote de todos los muertos, y empezaron a gritar llamando a la policia y la guardia nacional. El Nomada recordo su pesadilla y decidio escapar de el lugar para evitar las torturas y la segura muerte por parte de las temibles autoridades.

Corrio por el patio trasero, salto el muro y llego a la calle del otro lado, corrio hacia el campo, y la obscuridad de la noche hizo que se desviara por la linea ferrea, corrio hasta que el aliento le faltaba, el corazon estaba acelerado, el oxigeno era inexistente y sentia que se ahogaba de cansancio, corrio y corrio si parar.

Al final llego al mercado en donde su abuela vendia y ella ya no estaba en el lugar, todo estaba cerrado ya (pues ya era entrada la noche).

Metio las manos en los bolsillos y no habia mas que cinco centavos, como capital economico.

Siguio su camino, ratos suspiraba, ratos derramaba lagrimas, intentaba pensar que hacer pero la mente estaba totalmente en blanco.

En ese instante, escucho los gritos que decian "la ultima, la ultima suba a San Salvador" y sin pensarlo dos veces, subio al bus de transporte colectivo. Para evitar pagar el pasaje se fue a la parte trasera del bus y se sento en la llanta de repuesto. Acurrucado en la llanta de repuesto empezo a llorar amargamente la horrible experiencia, y se arrepentia mil veces de haber abierto esa puerta para intentar ayudar a su amigo don Memo.

En medio del llanto, y el cansancio, perdio las fuerzas y se durmio enrroscado en aquella llanta de repuesto.
Cuando fue despertado por un toque de pies que le decian, "vaya bicho llegamos." El Nomada abrio los ojos deseando que todo fuera una pesadilla como la ultima vez, pero lamentablemente todo era real. El Estomago, pedia alimento y la garganta un trago de agua, no sabia que hacer y decidio caminar bajo las luces de la nocturna capital hasta llegar a la conocida tiendona en donde habian algunos amigos, entre ellos los chapines con quienes se perdio un par de dias cuando era mucho menor.

jueves, 3 de abril de 2008

El rayo.


Era una mañana calurosa, El Nomada desperto mojado de sudor. Al levantarse fue y se dio un baño en la gran pila de agua, de la casa de su abuela.

Casi terminaba de bañarse cuando observo a su abuelo, que se disponia a salir de la casa, El Nomada ofrecio acompaniar al anciano de blancos y cortos cabellos; cosa que fue aceptada por el anciano, quien advirtio "trae algo para cubrite por que va a llover mas tarde" El Nomada rapidamente, se vistio y busco un plastico para acompaniar a su abuelo.

Enprendieron la caminata con rumbo al volcan de San Vicente. Los pasos del anciano eran lentos y la platica era minima, El Nomada pregunto al abuelo, si este ya habia desayunado, a lo que recibio negativa respuesta.

El Nomada sentia que ya hacia hambre pero no se atrevia a decir nada al abuelo pues no se miraba que trajera nada para comer, si no solo un puro (tabaco) que mordia de vez en cuando y masticaba constantemente mientras caminaban.

A lo lejos, El Nomada vio un arbol de mangos y corrio para adelantarse y poder bajar algunos y apaciguar el hambre que sentia, mientras el abuelo lo alcanzaba.

Efectivamente, El Nomada lanzo un par de piedras y unos cuantos palos (trozos de madera o ramas secas) y bajo unos cuantos mangos, el abuelo le dio alcanze y siguieron el paso.

El Nomada observo que el abuelo no traia nada mas que una pichinga con agua, su corvo y unos lazos. Por lo que dedujo que el abuelo se dirijia a cortar leña para el fuego de la casa (la cocina).

Le ofrecio un mango al Abuelo, cosa que este rechazo (preferia disfrutar del amargo sabor de su tabaco), y al fin llegaron al lugar en donde iban a recojer la leña para la casa, El Nomada empezo a buscar algunos palos secos (no delgados, tampoco gruesos).

El cielo se torno cada momento mas gris, una fuerte brisa humeda seco el sudor de los recolectores de leña.

La fuerte brisa fue acompaniada por truenos y relampagos que hicieron que El abuelo y El Nomada, buscaran refugio, pero no habia donde cubrirse, aunque la lluvia no llegaba aun, El Abuelo dijo: " amarremos la leña, y vamonos que esta tormenta trae hasta sapos y culebras".

Los dos amarraron sus tercios de leña, los envolvieron en los plasticos y emprendieron el regreso. Cuando un fuerte viento levanto todas las hojas secas del campo y doblaba casi al punto de quebrar los arboles con su fuerza, empezaron a caer grandes gotas de agua en sus espaldas que rapidamente empaparon sus humildes camisas. El Nomada al ver que el cielo estaba tan obscuro como si fueran las seis de la tarde cuando apenas eran las diez de la mañana y que la lluvia les azotaba cada vez con mas fuerza corrio hacia un arbol de conacastes que estaba a la orilla del camino para cubrirse de los fuertes vientos y de la lluvia, el abuelo rapidamente le dio alcanze al muchachito y le ordeno alejarse del arbol lo mas rapido posible, El Nomada replico que podian esperar que pasara lo recio de la lluvia en ese lugar, y el abuelo dijo que era mas seguro caminar bajo la lluvia que esperar un rayo bajo la cobija de un arbol.

A regañadientes, El Nomada accedio a seguir caminando bajo la lluvia, habian caminado uno o dos minutos, cuando un fuerte estruendo acompañado de una intensa luz, estremecio el lugar, la tierra hasta se movio como si una bomba hubiese explotado cerca de ahi. Los dos caminantes volvieron la mirada hacia aquel arbol de conacastes que parecia tan imponente ante la tormenta y este (el arbol) estaba partido por la mitad, tirado en el suelo.

La mirada de El Nomada se cruzo con la de su Abuelo, quien sin decir palabra alguna solo asintio con la cabeza como diciendo "te lo dije".

Casi inmeditamente, la lluvia termino, aunque el cielo aun estaba gris y los relampagos iluminaban el horizonte, los truenos retunbaban el el cielo y en el pecho de El Nomada, quien habia aprendido que no era buena idea cubrirse de la lluvia bajo un frondoso arbol.